Homosexualidad en la Segunda República Española

He escuchado y leído en diferentes medios, sobre todo en los conservadores, a personas que decían que la II República Española perseguía a los homosexuales y que la homosexualidad estaba prohibida, que era delito. 

Si la homosexualidad hubiera sido prohibida, Federico Gracía Lorca habría estado en la cárcel mucho antes de 1936. Pero no, era abiertamente gay. Y que yo sepa, los franquistas lo asesinaron por republicano, ser favorable al Gobierno del Frente Popular y ser homosexual. Los franquistas dijeron que lo mataron por "rojo y maricón" Anda que no se le notaba a esos franquistas su homofobia. 


Pero vayamos a lo que vamos. Estas personas se basan en la Ley de vagos y maleantes. Esa ley se  incorporó al código penal republicano el 4 de agosto de 1933. También conocida popularmente como la Gandula, la ley fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos de la Segunda República para el control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas. Por ser una ley que no sancionaba delitos sino que intentaba evitar la comisión futura de los mismos no incluía penas, sino medidas de alejamiento, control y retención de los individuos supuestamente peligrosos hasta que se determinara que se había acabado su peligrosidad. Quedando así establecida podía ser utilizada arbitrariamente para la represión de las personas sin recursos.

Como vemos, nada dice sobre los homosexuales en esa Ley de 1933. Y además, no era una Ley que penara.

Pero veamos cómo fue su modificación en la época franquista. La ley fue modificada por el régimen franquista para incluir la represión de los homosexuales el 15 de julio de 1954.

«Artículo primero: (...) el número segundo del artículo segundo y el número segundo del artículo sexto de la Ley de Vagos y Maleantes, de cuatro de agosto de mil novecientos treinta y tres, queda redactados de la siguiente forma:

Artículo segundo.- Número segundo.- Los homosexuales, rufianes y proxenetas. (...).

Artículo sexto.-Número segundo.- A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes:

a) Internado en un establecimiento de trabajo o colonia agrícola. Los homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás.

b) Prohibición de residir en determinado lugar o territorio y obligación de declarar su domicilio.

c) Sumisión a la vigilancia de los delegados.»

En 1970 fue sustituida y derogada por la ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, de términos muy parecidos, pero que incluía penas de hasta cinco años de internamiento en cárceles o manicomios para los homosexuales y demás individuos considerados peligrosos sociales para que se «rehabilitaran».

Y tras aclarar que la Segunda República, en su Ley de Vagos y Maleantes, no incluyó a homosexuales, vayamos con más sorpresas sobre la Segunda República Española.

El primer Código Penal moderno en España, del año 1822, no recogía la criminalización del delito de sodomía puesto que estaba inspirado en el Código napoleónico francés de 1810.

Si ponemos un ejemplo en relación con los países de nuestro entorno, durante la segunda mitad del siglo XIX Inglaterra y Prusia anularon la pena de muerte que se aplicaba a los sodomitas, aunque mantuvieron el delito de sodomía entre personas mayores. Francia, en cambio, desde 1791 había dejado de considerar delito los contactos homosexuales entre personas mayores, posición legal que el Código Napoleónico reiteró en 1810. La gran libertad de prensa que hubo durante la República Alemana de Weimar también provocó una explosión de libertad y de intercambio material impreso sobre la homosexualidad, que incluso llegó a España. Durante el periodo de entreguerras se publicaron más de treinta diferentes diarios, revistas y boletines para homosexuales, si bien, en el ambiente de franca libertad existente antes del estallido de la Alemania Nazi, no acabó de derogarse el conocido párrafo 175 del Codigo Alemán que condenaba tal práctica.

Los Códigos penales españoles de 1848, 1850 y 1870, tampoco recogían la penalización de la homosexualidad pues, como en muchos otros países europeos, la libertad sexual era reprimida a través de las legislaciones penales paralelas sobre “escándalo público” o “faltas contra la moral, el pudor y las buenas costumbres”.

En España, como he señalado, el Código Penal de 1822, inspirado en los preceptos franceses, no contempló el delito de homosexualidad, pero la reforma hecha bajo la dictadura del General Primo de Rivera en 1928 castigó la homosexualidad entre mayores con multa e inhabilitación para ocupar cargos públicos. El nuevo Código Penal republicano de 1932 despenalizó los contactos homosexuales entre personas mayores que había contemplado el Código de la dictadura de Primo.

¿Y ahora qué? ¿Vamos a seguir desprestigiando a la Segunda República en este sentido? Porque vamos, en la II República no solo era permitida la homosexualidad y no era prohibida, sino que se despenalizó en 1932.

La Segunda República Española fue muy avanzada políticamente. Es cierto que socialmente la homosexualidad no era muy bien vista, aunque había cierta tolerancia en comparación con otros países de la misma época. Y las leyes eran muy avanzadas para el momento.